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Visita a Puerto Maya: un día de cultura, aventura y naturaleza.



¡Hola nómadas! Esta vez les voy a contar sobre una experiencia que lo tiene todo: cultura, paisajes naturales, y diversión: ¡en un tour de medio día!

Para empezar, desde que llegas comienza la inmersión a esta especie de “aldea maya,” con una palapa hermosa, justo en frente del museo Maya.



Janet, de taquilla, fue muy amable y nos registró rapidísimo. Ahí mismo puedes pedir una llave para el locker (solo tienes que dejar una identificación o $100 pesos para el depósito, y se te regresa cuando regreses la llave).



Para cuando terminamos el check in, Juanito, nuestro guía del tour, ya estaba listo para recibirnos, y fue una maravillosa sorpresa encontrarlo ahí, (hace algunos años era uno de los guías estrella de Selvática). Nos dio la bienvenida y nos explicó todo sobre lo que íbamos a hacer. (¡Y sí, su servicio sigue siendo extraordinario!).


Ya con nuestro brazalete, dejamos las cosas en los lockers y nos fuimos a dar una vuelta por la tienda, haciendo tiempo en lo que empezaba el tour.





La tienda tenía de todo, artesanías (de excelente calidad), recuerditos, trajes de baño, snacks, y la chava súper atenta. De hecho, todas las personas del staff que veíamos, nos saludaban con una sonrisa y nos hacían sentir bienvenidos, el personal del restaurante… ¡todos!


Ya que llegaron las camionetas con el resto del grupo, nos llevaron al área de instrucciones en donde Juanito nos explicó el orden de actividades y lo que podíamos llevar o no. Para ese momento ya debes tener tu traje de baño puesto, porque una vez que inicia la experiencia, no regresarás hasta que sea hora de comer. El locker puede ser que no sea necesario porque te dejan llevar tus cosas en todo el recorrido y están seguras. Incluso las puedes llevar en la lancha y no se mojan. (En lo personal creo que lo más cómodo es dejarlas para no estar cargándolas).


Seguimos a Juanito al área del calendario maya en donde participamos en una ceremonia… ¡Todos! Pasamos al centro en turnos, por familia, recibiendo el humo purificador del copal. Independientemente de las creencias de cada uno, se siente genial ser parte y vivir esta experiencia.



¡Yuum bo otik Puerto Maya!


Seguimos por un sendero en la selva hasta llegar a la pirámide de Kukulcan (bueno una réplica a escala), en donde hicieron un gran show en el que una vez más, el público participó. Juanito nos platicó un poco de historia, específicamente de los sacrificios que se hacían en la pirámide y pidió dos voluntarios. Cualquiera diría que nadie querría ser parte de un sacrificio, pero se levantaron muchas manos.


Juanito nos contaba que para los mayas era un honor ser sacrificado en esa pirámide, porque para ellos, el sacrificio era una ofrenda de su sangre a los dioses, así que era común que llegaran a pelear y el victorioso fuera sacrificado.


Bueno, pues nuestros dos compañeros voluntarios del público también hicieron un combate para ver quién sería sacrificado en el jaguar rojo (también una réplica del real que está en el interior de la pirámide).


El combate comenzó. Una señora contra un joven. Pasaron al centro. Y con toda la intensidad del momento, el chin chan pu (dos de tres) definió sus destinos. La suerte decidió que la señora (una americana súper simpática) fuera triunfadora. Y así, comenzó el ritual del sacrificio. Todo un show maravillosamente representado por 4 personajes mayas, con bailes y un gran final al sacrificio, cuando a la señora, ya acostada sobre el jaguar, le “arrancaron” el corazón (acción acompañada por un improvisado pero impactante grito desgarrador).





Un puente colgante nos llevó de regreso al calendario maya, en donde un simpático personaje se divertía asustando a la gente.


Para la siguiente actividad, el capitán Roberto nos entregó el equipo de snorkel y nos llevó al área de las lanchas rápidas, en donde nos explicó cómo manejarlas y la dinámica en general. Las lanchas son para 2 o 4 personas, y las manejas 30 minutos de ida a al arrecife, en donde haces snorkel y (otros 30 minutos) de regreso. Mientras el capitán explicaba cosas como que si íbamos lento se sentirían más las olas, y que mantendríamos la velocidad máxima de las lanchas, comencé a sentir un nudo en el estómago. Le pregunté a Tote si era un paseo tranquilo, (él en alguna ocasión había hecho la actividad), y dijo que sí. Bueno pues nos subimos a las lanchas, Tote manejaría de ida y yo de regreso, y fue hermoso. LOS PRIMEROS 2 MINUTOS.



Una vez que estábamos todos en fila, subió la velocidad el guía, y por supuesto todos nosotros. ¡OH. POR. DIOS!


Es cierto que iban familias con niños pequeños, y personas ya mayores, así que puedo decir con toda certeza que la actividad sí es para todos. Peeero, si te asustas fácilmente, vas a encontrar esta actividad un poquito extrema. ¿Cómo les explico que cada que girábamos levemente, sentía que nos íbamos a voltear?, que cada vez que brincábamos una ola, vivía yo misma el sacrificio maya en donde te arrancan el corazón sin piedad. Tote iba ¡MUERTO DE RISA! Y la verdad, entre grito y grito, yo también.


Me aferré a la boya flotadora y en ciertos momentos del paseo me agarré hasta con las uñas. Pero no todo fue intensidad, además de que muchos tramos son tranquilos, los paisajes son imperdibles. Manejamos entre angostos canales de la laguna, en donde la vegetación, el agua, y el cielo forman un escenario cautivador. Después llegas al punto en donde la laguna y el mar se juntan y el agua (aunque lógicamente, más intensa) comienza a cambiar sus colores. Llegamos al área de snorkel, en donde por media hora ves hermosos corales y pececitos, y una vez más subimos a las lanchas para otro extraordinario recorrido lleno de gritos y risas de regreso. (Por supuesto que no manejé, no estaba dispuesta a soltar mi boya).



Regresamos sanos y salvos a la papala en donde terminamos el tour con unos deliciosos salbutes. Nos despedimos de nuestros nuevos amigos (compañeros del tour), de Juanito y del staff, ansiosos de llegar para descargar las fotos y el video.


Nómadas, si vienen a Cancún, les recomiendo que vayan al Jungle Tour….

  • Es una experiencia de medio día (así que podrán hacer más cosas)

  • Te envuelves de la cultura maya de una forma divertida.

  • Sientes adrenalina (aunque si no han leído otros de mis artículos, sugiero que lo hagan, así podrán tener referencias de la escala de lo que yo considero intenso)

  • Ves hermosos paisajes

  • Comes un delicioso snack yucateco.

Esta experiencia sí que lo tiene todo.




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